miércoles, 31 de diciembre de 2014

El origen Babilonico de la Navidad



El verdadero origen de la Navidad

     Hemos visto, pues, que la Navidad llegó al mundo por medio de la Iglesia Católica y que ella la recibió del paganismo. Ahora bien, ¿de dónde la sacaron los paganos? ¿Cuál fue su verdadero origen?


     La Navidad es una de las principales tradiciones del sistema corrupto llamado Babilonia. ¡Tiene sus raíces en la antigua Babilonia de Nimrod! Sí. ¡Data de la época inmediatamente posterior al diluvio!
     Nimrod, nieto de Cam, hijo de Noé, fue el verdadero fundador del sistema babilónico, sistema de la competencia organizada, de imperios y gobiernos humanos, del sistema económico del lucro, el cual se ha apoderado del mundo desde entonces. Nimrod construyó la torre de Babel, la Babilonia original, Nínive y muchas otras ciudades. Organizó el primer reino de este mundo. El nombre Nimrod se deriva de la voz hebrea marad que significa “rebelar”.


     De escritos antiguos aprendemos que fue este hombre quien comenzó la gran apostasía mundial organizada que ha dominado al mundo desde tiempos inmemoriales hasta ahora. Nimrod era tan perverso que se dice se casó con su propia madre cuyo nombre era Semíramis. Muerto prematuramente, su llamada madre-esposa, Semíramis, propagó la perversa doctrina de la supervivencia de Nimrod como ser espiritual. Sostenía que de la noche a la mañana un gran árbol (tipo siempre verde) surgió de una cepa muerta, lo cual simbolizaba el nacimiento de Nimrod a una nueva vida. Ella declaró que en cada aniversario de su natalicio Nimrod dejaría regalos en el árbol. La fecha de su nacimiento era el 25 de diciembre. He aquí el verdadero origen del árbol de Navidad.


     Con tramas e intrigas Semíramis se convirtió en la “reina del cielo” babilónica, y Nimrod, bajo diversos nombres, se convirtió en el “divino hijo del cielo”. Después de varias generaciones de esta adoración idólatra, Nimrod también se tornó en el falso mesías hijo de Baal, el dios Sol. En este falso sistema babilónico “la madre y el hijo” (Semíramis y Nimrod nacido nuevamente) se convirtieron en los principales objetos de adoración. Esta veneración de “la madre y el hijo” se extendió por todo el mundo, con variación de nombres según los países y las lenguas. Por sorprendente que parezca, encontramos el equivalente de la Madona ¡mucho antes del nacimiento de Jesucristo!


     Así fue como en los siglos cuarto y quinto, mientras los paganos del mundo romano se convertían en masa al “cristianismo” llevando consigo sus antiguas creencias y costumbres paganas y disimulándolas bajo nombres cristianos, se popularizó también la idea de “la madre y el hijo”, especialmente en época de Navidad. Las tarjetas de Navidad, los villancicos y las escenas del pesebre reflejan este mismo tema.


     Quienes fuimos criados en este mundo babilónico, quienes hemos escuchado y aceptado estas cosas durante toda la vida, hemos aprendido a venerarlas como algo sagrado. Jamás dudamos. Jamás nos detuvimos a investigar si estas costumbres tenían su origen  en la idolatría pagana.

     El verdadero origen de la Navidad está en la antigua Babilonia. ¡Está envuelto en la apostasía organizada que ha mantenido engañado al mundo desde hace muchos siglos! En Egipto siempre se creyó que el hijo de Isis (nombre egipcio de la “reina del cielo”) nació un 25 de diciembre. Los paganos en todo el mundo conocido celebraron esta fecha siglos antes del nacimiento de Jesucristo.
     Jesús el verdadero Mesías, no nació un 25 de diciembre. Los apóstoles y la Iglesia primitiva jamás celebraron el natalicio de Cristo en esa fecha ni en ninguna otra. No existe en la Biblia mandato ni instrucción alguna para hacerlo. Pero sí existe el mandato de observar, no festejar, la fecha de su muerte (1 Corintios 11.24-26; Juan 13.14-17).

     Así fue como los “misterios caldeos”, inventados por la esposa de Nimrod nos fueron legados - con nuevos nombres cristianos - por las religiones paganas

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