lunes, 10 de noviembre de 2014

Hago un llamamiento a la reconquista de España”



Hago un llamamiento a la reconquista de España

Por Enrique de Diego.- España, nuestra querida España, esta vieja nación ha sido traicionada. El 9 N es un día de infamia en los anales de la Patria. Han fallado todos los poderes e instituciones, incapaces de evitar la mascarada secesionista. España con un pelele silente denominado monarca, con otro pelele cobarde al frente del Gobierno, sin jueces, sin fiscales, sin policía, sin Ejército. España vilipendiada y desarmada. Hago un llamamiento a la reconquista de España.

Hoy ha quedado abolida la Constitución de 1978; ha sido derrocado el rey pavón. Hoy España ha quedado sin Gobierno. Hoy todo el poder judicial ha sido desacreditado. Hoy un Ejército de cobardes y mercenarios se ha mantenido en sus cuarteles. Hoy por esta vieja piel de toro –unidad territorial y política desde nuestros padres los godos, desde Leovigildo y Recaredo- ha corrido un vendaval impúdico de traición.

Ese inútil que desgobierna España, con su partido de corruptos, después de una polémica de leguleyos y referencias estúpidas a la cordura, ha permitido la mascarada secesionista que no es otra cosa que un delito de lesa Patria, un delito de alta traición. Tremendo el silencio cobarde y traidor de Zarzuela, con esa familia Borbón que es la causa última de todos nuestros males, y que ha firmado su sentencia de exilio.

La Justicia se ha negado a tomar medidas. Los mossos han entrado de lleno en la desobediencia civil. Y mientras los militares han sido infieles a su sagrado juramento hacia la Patria.

Deber, honor, Patria. Estos son los conceptos que acuden con fuerza a mi corazón y a mi mente. Deber, honor, Patria, principios que han de sentir con renovada fuerza todos los patriotas en estos momentos decisivos de nuestra historia, cuando todos nuestros antepasados se remueven en sus tumbas ante la traición impune, ante el frívolo latrocinio.

En una España de Mas, borbones y rajoys, repleta de condes donjulián y de vulgares chorizos sin virilidad, es preciso invocar la memoria de nuestros héroes, de cuantos dieron su vida por la unidad de España, en una larga cadena de entrega y sacrificio, que va desde Pelayo a la catalana Agustina de Aragón, desde los esforzados héroes de Las Navas –cuando nuestros reyes acudían prestos a la batalla- a los mártires del 2 de mayo y de los sitios de Gerona.

Hoy, más que nunca proclamo mi amor a España, una e indivisible, una e íntegra. En tiempos difíciles, muy pocos, Pelayo y una treintena –las crónicas sarracenas los tildan de siemples “comedores de miel”, como los osos- iniciaron la reconquista. Hoy es precisa una nueva reconquista. Hago un llamamiento a la reconquista.

Desacreditados y hundidos todos los poderes, es de aplicación el artículo 8 de la Constitución, para que las Fuerzas Armadas cumplan su misión.

Si también fallaran los soldados de España, si para los oficiales ya no significaran nada las palabras sacrosantas deber, honor, Patria, y se mantuvieran acanallados y acobardados en sus salas de banderas, los patriotas no vamos a fallar.

Nos queda Alerta Digital, nos queda La Ratonera, para dar esta batalla, que será ardua. No nos importan las conjuras de silencio. Mientas alguien no ceda, España será salva. Y nosotros –tú y yo, y tantos otros- no vamos a fallar. No vamos a mirar para otra parte.

No caeremos en el desaliento. Nuestro corazón será fuerte, nuestro brazo, de hierro; alta irá nuestra cabeza. Seguros de la victoria, vamos a renovar nuestros esfuerzos en esta lucha, en la que los traidores tendrán que responder de su felonía. Con voz más clara que nunca, más fuerte que nunca vamos a gritar: Deber, Honor, Patria.

España, siempre España, todo por España.

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