lunes, 1 de septiembre de 2014

Que esta pasando en el Ejercito Español



La casta castrense, al desnudo: El teniente Segura denuncia que muchos mandos militares disponen de sus propios campos de golf

En el Ejército español hay abusos, falta de transparencia, una justicia que es de todo menos independiente y, en definitiva, componentes que reproducen a pequeña escala un “Estado medieval” donde los “señores feudales” que son los altos mandos campan a sus anchas. Ese es el panorama que describe el teniente en activo Luis Gonzalo Segura en su libro ‘Un paso al frente’, donde novela los “comportamientos pseudomafiosos” que asegura estar viendo desde que entró en las Fuerzas Armadas hace 12 años. El libro supone también un aldabonazo contra aquellos españoles que todavía albergan esperanzas de que estos mandos militares representen un revulsivo de la conciencia nacional. La mayoría de ellos, además de formar una casta endogámica engolada y repleta de privilegios, carecen de los elevados ideales que muchos lectores de AD asocian todavía al militar honroso y patriota que 38 años de abducción partitocrática han convertido en especie extinguida. Por desgracia, poco cabe esperar de la ejemplaridad de los miembros de la actual casta castrense, funcionarios apesebrados y uniformados ciegos, sordos y mudos ante la ruptura y descomposición social, moral, económica y política de España. Apelar al patriotismo y a los altos ideales con tales miembros se antoja tarea ociosa e inútil.

De entrada, Segura sostiene que sus denuncias están apoyadas por muchos compañeros que no se atreven a hablar públicamente por temor a las “represalias” y que para nada son casos aislados, sino reflejo del funcionamiento cotidiano de una institución donde la “casta dominante” desoye “órdenes ministeriales”, disfruta de grandes privilegios e impone su ley sin cortapisas ni ningún tipo de contrapoder.

Entre los abusos detallados por Segura en su libro y que AD adelante a sus lectores se encuentran algunos que ya salieron a la luz -el caso de una capitana juez humillada por un coronel y expedientada tras investigar corruptelas- y otros nuevos como el de Inmaculada Ruiz, que fue expulsada de las Fuerzas Armadas después de clamar por el arresto que le impusieron por “fingir” una lesión cuando le extirparon los dos pechos por cáncer de mama. Estos hechos están a al orden del día, según el teniente, y la causa principal de que se den es que la justicia castrense no es independiente. Jueces, fiscales, secretarios judiciales y el resto de personal pertenecen al mismo cuerpo y siempre actúan favoreciendo el ‘statu quo’ y a los altos mandos, que a la postre son los que deciden los ascensos y califican a los subordinados. Ese círculo vicioso y esa endogamia es muy difícil de romper, continúa, y tiene también su reflejo en presuntos desmanes corruptos.

El teniente asegura que en 2010 se le encargó hacer un inventario del material informático que había y descubrió “un desfase del 25-35%”, cifrado en “millones de euros”, entre los recursos y el dinero que se registró como destinado a sufragar su adquisición. El militar dio parte de lo descubierto pero no le hicieron “ni caso”, por lo que lo denunció a la justicia castrense. Igualmente, rechazaron su queja, alegaron “que no conocía” los detalles de lo que denunciaba y rehusaron incluso inspeccionar “la gran cantidad de documentación guardada en un disco duro” que tenía y que puso a disposición.

“Es desesperante”, se lamenta, que no se investigue eso “ni los incrementos patrimoniales de ciertos altos mandos ni privilegios como el de vivir en pabellones militares que tienen ciertos generales o los clubes militares, campos de golf, etc… que están reservados al uso de oficiales, que son los que más recursos tienen”.
Apoyo de las asociaciones

Las principales agrupaciones de militares respaldan al teniente Segura en su cruzada personal. Así, la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (ASFASPRO), la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) y la Organización de Apoyo a la Tropa y Marinería (OATM) han mostrado su apoyo a Segura.

El teniente Segura señaló hace escasas semanas que las represalias llegarán y a ello achacó el nombramiento de un nuevo mando intermedio en el lugar donde está destinado, que sería el encargado de firmar la hipotética sanción evitándole así el trámite al teniente coronel. Además, nada más salir su libro le eliminaron los complementos salariales, rebajándole así el sueldo, y le llegaron presiones de todo tipo, “ataques personales” y consecuencias como la soledad a la que vio abocado en el cuerpo, pues tanto él como sus compañeros sabían que quienes se sitúen en su entorno estarían en el punto de mira.

Como se sabe, el militar se encuentra en huelga desde el 17 de julio, un día antes de que fuera recluido durante dos meses en la base San Pedro de Colmenar Viejo (Madrid) como castigo por ocho de sus declaraciones públicas durante la promoción de su libro. Entre ellas, afirmar que en los cuarteles hay “comportamientos seudomafiosos” y que “la justicia militar no es nada independiente”.

El oficial teme que se le impute algún tipo de delito ante el juzgado y luego deba enfrentarse a un expediente gubernativo para proceder a su expulsión. No descarta tampoco que recurran al “destino forzoso”. Para todo ello dice estar preparado este militar que repite una y otra vez que su objetivo es que “46 millones de españoles conozcan cómo funciona el mundo” al que pertenece. De momento, ya señala como sospechoso que le hicieran análisis de orina y de sangre coincidiendo con la presentación de su libro, hecho ante el cual él se hizo uno propio “por si acaso” se les ocurre manipularlo y acusarle de tomar drogas. “Son capaces”, concluye.

Segura afirma que todo lo que pide es transparencia, “una auditoría” en el Ejército y que funcione como una institución “del siglo XXI”, con los soldados pudiendo “hablar y manifestarse libremente como hacen por ejemplo en Portugal o como hace aquí la Policía, que no es ninguna organización caótica por ello”. Es difícil conseguirlo, zanja, y “probablemente acabe trabajando en un McDonald’s, pero habré hecho lo que tengo que hacer”.

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