martes, 23 de septiembre de 2014

La Agenda Oculta de la Educacion Obligatoria para Destruir al Ser Humano



No sé si hay esperanza para el ser humano. Si se hace un estudio objetivo de la situación, según las reglas del análisis estratégico más riguroso, la respuesta es que probablemente no la hay. La causa principal no es otra que la devastación de la naturaleza, el supuesto agotamiento de la energía, la crisis económica o alguna cuestión similar, material; está en la destrucción de la esencia concreta humana de manera consciente, deseada y planificada por el par Estado-capital. Eso lo constatamos todos los días. Si las y los que antaño fueron seres humanos, con todos sus defectos pero humanos, están dejando de serlo y nadie hace apenas nada al respecto, no sólo no se denuncia y combate, sino que ni siquiera se comprende, no hay futuro. El Estado está cada vez más agresivo contra lo humano, y es cada vez más destructivo y aniquilador de los factores de la civilización, mientras que la respuesta espontánea popular, colectiva o personal, decae paso a paso y es cada vez menor, amenazando con cesar casi del todo en sólo unos años. Es lo que califico de “el triunfo del Estado”, triunfo total, abrumador, terrible. En una situación así, se hace muy tentador seguir el dicho estoico, “retírate al interior de ti mismo y permanece ahí”, pero si lo hago es sólo para reafirmarme en mí mismo, movilizando las fuerzas que tenemos, casi siempre mal aprovechadas, allá al fondo del yo y retornar a la contienda. La situación es tan terrible que, por ejemplo, hay millones de personas que detectan y condenan la destrucción medioambiental, muy real por lo demás, pero apenas un puñado que percibimos y nos horrorizamos ante la monstruosa inmolación de la condición humana. Dicho de otro modo, estamos tan deshumanizados y encanallados, que ya no tenemos ni sensibilidad para observar el holocausto en curso. La cuestión clave no es qué va a suceder, pues esto tiende a convertirnos en espectadores y en sujetos pasivos, sino qué va a hacer cada uno de nosotras y nosotros, como individuos, y qué vamos a hacer colectivamente. Mi decisión ya está tomada, y consiste en resistir, de forma numantina, la destrucción de lo humano, haya o no haya posibilidades de victoria. Sé que estoy inmerso en una batalla desesperada que no puede ser ganada, debido al trágico decaimiento de las capacidades y facultades espirituales que, en tiempos pasados, fueron parte constitutiva de lo humano. Por tanto, me declaro, al mismo tiempo, derrotado y luchador hasta el final. Como los cántabros frente a Roma, sólo contemplo dos posibilidades, o morir luchando o morir cantando, pero no, o apenas nada, vencer, salvo si la victoria se concibe como lucha. Atisbo, empero, alguna esperanza, si las mujeres se sumasen a la pelea, si decidiesen tomar posiciones de combate e iniciar una larga contienda de aniquilación contra el par Estado-capital para salvar lo todavía salvable de la condición humana. Su primer movimiento tendría que ser divorciarse con consciente furor del Estado y sus agentes, convertidos en el nuevo “páter familias” ultra-posesivo del discurso neo patriarcal, producido por el poder constituido para romper, destruir y devastar a las mujeres, para cometer feminicidio, que es la última y definitiva fase del proyecto estatal y capitalista dirigido a la consumación de la ruina y devastación de la esencia concreta humana. Si el poder logra domeñar y demoler a las mujeres, o bien ponerlas a su servicio, entonces todo habrá acabado, ya no quedará sitio, muy posiblemente, para la esperanza. En tal caso, sólo subsistirá una subhumanidad lastimosa, enferma y horrible, sometida a un trabajo productivo incesante, dirigida por el poder constituido desde la cuna a la tumba, meros robots sin inteligencia, sin voluntad, sin sensibilidad, sin afectos, que odiarán la libertad, despreciarán la verdad, se mofarán del bien moral, escupirán sobre los valores y se ciscarán en la virtud, o más exactamente, nada les importará ni interesará la libertad, la verdad, el bien moral, los valores y la virtud dado que no lograrán comprender, en absoluto, lo que son y significan, una vez que les hayan sido extirpadas definitivamente sus facultades pensantes y razonadoras  por el despiadado “cirujano de hierro” de la ultra-modernidad. Sería entonces la sociedad, una gran horda de brutos y vándalos con apariencia humana, entregados a incesantes grescas cainitas con sus iguales y por tanto totalmente dóciles, obedientes e híper-sumisos al poder constituido, estatal y empresarial, sin vida afectiva, ni emocional, ni sexual, puro impulso productivo y mega-servil en un marco de odio mutuo extremado, guerra de todos contra todos, ignorancia sistémica, incapacidad de pensar, colapso de la salud física, codicia insaciable, soledad abrumadora, fealdad indescriptible, ruina del mundo natural, torpeza y zafiedad completas, desvanecimiento de la voluntad, vaciamiento completo de las mentes, pérdida del lenguaje y decaimiento consumado de la vida espiritual. Ese es el futuro más probable, una sociedad de seres-nada asombrosamente perversos. De nuevo pido disculpas por no poder ser más “positivo”, pero mi aprecio por la verdad no me deja otra opción. En oposición a todo ello, que es el gran problema de nuestro tiempo, mi elección está clara. Que cada una y cada uno haga la suya. De Félix Rodrigo---------------------

La agenda oculta de la escuela obligatoria por Pilar balsega

en España no se aprende, más bien se desaprende, en las escuelas...

PB: Antes que nada hay que precisar que hay al menos dos educaciones, si no tres. La educación de la que hablo es la educación de “las clases inferiores”, que es la orientada FGR: Tanto profesionales, como padres y gran parte de la ciudadanía perciben que a la obediencia. La educación de “las clases superiores” está orientada a la psicopatía, a crear tiburones. Tiburones y borregos. Así funciona este mundo. El fracaso escolar no es una fatalidad, ni la culpa es de los alumnos y, sólo en parte, de los profesores. Está buscado deliberadamente. Los que gobiernan el mundo quieren que seamos piezas útiles al mecanismo del sistema. Para ello es necesario idiotizar a la población, volverla analfabeta, miedosa, dócil, sumisa, insegura de sus capacidades innatas, incapaz de interpretar un texto impreso, de reaccionar ante lo que sucede, incapaz de entender los mecanismos del poder y de encontrar salidas a los problemas acuciantes.

FGR: La exposición a las ingenierías sociales que configuran la educación, cada día más insidiosas,  han conseguido entregar millones de personas a los manipuladores mediáticos...

PS: El tamaño de la manipulación mental a través de la educación, los programas de televisión, los videojuegos, la música pop, las estrellas de Hollywood… es increíble. El público ignora que, por ejemplo, el fin de las noticias en la televisión no es informar sino construir nuestra percepción del mundo, la que los poderes necesitan. Es una constante violación mental y emocional. Todo lo que dicen es  deprimente y la sensación de desazón, invalidez, impotencia que todos sentimos cuando vemos las noticias está buscada, es intencionada.

FGR: Como tantas cosas sucias en la Europa moderna, esto comenzó hace siglos, en Francia y Alemania ¿no?

PB: La ingeniería social es muy antigua. Ya Platón en La República habla de la necesidad de controlar los nacimientos de las clases inferiores… No existe el progreso social: en unas cosas hemos ganado, en otras hemos perdido. Y este sistema  de esclavitud lleva milenios en marcha. Pero sí es cierto que la Revolución Francesa marca un cambio: la ilusión de la democracia. Antes de 1789, no existía siquiera el concepto de Libertad. En 1789 la vieja aristocracia fue reemplazada por otra élite, la de las familias de la Banca, fue un baño de sangre ritual purificador. El estudio atento de cómo se formaron las nuevas élites de la Banca que hoy dominan el mundo muestra una íntima relación entre Alemania, Inglaterra y Francia, con una prolongación a EEUU que se intensificó en el siglo XIX. Podríamos decir que hoy la Banca manda desde la City de Londres, la Tecnología desde Alemania y el Ejército desde el Pentágono. España en este tablero es el felpudo en el que se limpian los pies al entrar en Europa, el lugar barato para descansar y pasar vacaciones, y esto ha sido posible con sucesivos gobiernos del PPSOE, todos genuflexos ante esos tres poderes.

FGR: Las Naciones Unidas, a través de la UNESCO, ¿han convertido la educación en manipulación y adoctrinamiento?

PB: En este mundo nada es lo que parece. La sede de la ONU se construyó sobre unos terrenos donados por los Rockefeller, una familia que siempre aparece cuando se trata de controlar la educación, la salud, la economía, el arte… Estas grandes familias crean Fundaciones que se presentan como filantrópicas, pero en realidad tienen fines eugenésicos, es decir de control de la población: son expertos en los eufemismos.  La UNESCO es, como la ONU, un nido de burócratas nombrados a dedo que cobran unos sueldos de escándalo para que no cuestionen el sistema - algo semejante al Parlamento europeo, que no tiene poder ejecutivo, pero que ningún europarlamentario denuncia-. La UNESCO, detrás de sus campañas falsamente humanitarias, tiene como fin el control de la educación y la cultura de todos los países miembros. Nadie sabe que la UNESCO está en el origen de la primera ley de educación del siglo XX en España, la ley Villar-Palasí de 1970; los programas educativos  españoles siguen una agenda que viene dictada desde esta perversa institución que todo el mundo cree filantrópica porque hacen “christmas” en Navidades...

FGR: ¿Hay un plan? ¿Se busca lo que se está consiguiendo? ¿La creación de un entorno propenso a la imposición en breve de una sociedad de castas genéticas mediante, entre otras cosas, la inducción de un  embrutecimiento generalizado programado desde la más temprana infancia?.

PB: Según lo que he investigado, el proyecto de control de la educación tiene dos fases: la primera, en tiempos de Napoleón, cuando tanto en Francia como en Alemania comprenden que para que el ejército obedezca, el soldado no tiene que pensar por sí mismo. Es interesante recalcar que la educación estatal tiene un origen militar en el contexto de las guerras napoleónicas que corre paralelo con los movimientos nacionalistas: se trataba de generar un ejército nacional dispuesto a morir por el Estado, a cambio de un plato de lentejas  -hasta entonces los ejércitos eran mercenarios-; así nace la escolarización obligatoria estatal que se disfraza de filantrópica cuando en realidad busca que la población no desarrolle su libre albedrío y se someta a las órdenes de los jefes.

La segunda fase tiene que ver con la segunda revolución industrial y la necesidad de tener un ejército de obreros y mineros sumisos y obedientes para la industria y la minería. Un campesino no iría jamás a trabajar a una mina por un sueldo de miseria: había que obligarlo. Algunos historiadores llegan a proponer que la migración del campo a las ciudades industriales fue intencionadamente provocada, que no fue algo natural: se dictaron leyes que permitieron a los terratenientes expulsar a los campesinos de sus tierras. Éstos, desposeídos de la tierra en la que llevaban viviendo toda la vida, no tuvieron más remedio que dirigirse a las ciudades para buscar trabajo, y se convirtieron en mano de obra desesperada, inexperta y barata, dispuesta a aceptar cualquier trabajo con tal de no morir de hambre ni de frío. Este proceso era necesario para permitir el desarrollo de los oligopolios industriales que estaban ya amasando fortunas inconmensurables a mediados del siglo XIX.

Y actualmente, la población no cree en sus propias posibilidades y opta por delegar en “expertos” la gestión de la sociedad en todos los aspectos. Saber esto nos permite entender por qué existe una sensación de impotencia frente al desastre económico. La gente está harta pero no sabe qué hacer para acabar con tanta corrupción e injusticia: ése es el fin buscado. Luego no hay tal fracaso: ¡esto es un éxito rotundo!

FGR: ¿Hay alternativas viables para contrarrestar esta tendencia?

PB: Lo primero es tomar conciencia de nuestra desidia, es decir de la gran responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros en lo que está pasando. Delegamos la educación en los docentes, los docentes delegan los contenidos en los libros de texto y si no comulgan con las ideas impresas, se callan. Todavía estoy esperando una manifestación de los docentes en contra de los libros de texto. Salen a la calle cuando les quitan la paga extra, pero no cuando les obligan a manipular las mentes de los niños. Cuando los alumnos tienen dificultad para poner atención, en lugar de cuestionar el método educativo y los contenidos curriculares, se culpa al niño de que tiene un déficit de atención y se le manda a un experto quien no tiene reparo en medicarlo con fármacos que atontan. Los psicólogos infantiles están drogando legalmente a los niños. Estos niños no mejoran, pero ya no molestan. Muchos padres tienen largas jornadas de trabajo y cuando llegan a casa, están rendidos, no tienen tiempo, ni ganas ni paciencia. Si queremos hacer las cosas bien, decidir tener un hijo hoy en día es una decisión de mucha responsabilidad y que debemos asumir con todas sus consecuencias. Es necesario saber que la “liberación de la mujer” también ha sido una gran manipulación intencionada para sacar a la madre del hogar y así entregar a los niños mucho antes al sistema educativo. ¡Es monstruosa una sociedad en la que una madre debe abandonar a su hijo a los 5 meses en manos extrañas! Una alternativa es la escuela en casa, el llamado homeschooling. Cada día más familias lo están haciendo. El Estado se resiste, pero es legal. Pero no todo el mundo puede hacerlo.

Desde luego que todo esto se puede cambiar, pero sólo a partir de la plena conciencia de nuestras responsabilidades, cada uno a su nivel. A veces esto implica enfrentarse al sistema, a un familiar, a nuestro entorno, pero creo que es nuestro deber decir y hacer lo posible para parar esto.


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