martes, 30 de septiembre de 2014

Contra la Esclavitud del Trabajo asalariado y a favor del Comunal



Por Félix Rodrigo------- Vivimos un tiempo en que el espantoso incremento del paro lleva a la izquierda, en particular a la más servil hoy hacia el empresariado, IU, Anguita y sus dependientes, a magnificar más allá de toda medida el trabajo asalariado, presentado como una bendición.
       
Claro que en el pasado, cuando había más o menos pleno empleo, sucedía lo mismo. El capitalismo era explotador si pagaba salarios bajos pero era excelente si entregaba un buen mazo de billetes al explotado: tal es la lógica de casi todo el “anti capitalismo” en circulación, cuya única ideología es el dinero y el consumo. Viven para el consumo y se movilizan sólo por más consumo. Esa es su razón de ser.
       
Sus “luchas”, cada vez más ridículas por canijas y patéticas, se encaminan a lograr maximizar el precio de la mano de obra. Quienes las llevan son buenos burgueses que se saben propietarios de una mercancía, su fuerza de trabajo, y desean venderla en las mejores condiciones posibles en el mercado laboral. Para ocultar tan miserable condición, la de afanosos mercaderes de sí mismos y sí mismas, tienden a usar palabritas pretendidamente terribles, como “anti capitalismo”, “movilizaciones” y otras similares.
       
En estas gentes sólo el dinero cuenta. No tienen auto-respeto, carecen de dignidad, ni siquiera entiende lo que es una vida libre y auto determinada. Si hay dinero de por medio, si el empresario paga bien, éste es el mejor de los mundo, si paga mal, entonces amenazan con no se sabe bien qué apocalipsis, ellos que no tienen ya ánimos ni para matar una mosca.
       
Las luchas salariales, cuando están fuera de una estrategia revolucionaria y, además, se convierten en la tarea principal, o incluso única, son reaccionarias. Refuerzan el mundo de lo mercantil, magnifican el dinero y dinamizan al capitalismo, al estimularle a elevarse a formas más eficientes de explotación de la mano de obra, con uso de sistemas tecnológicos crecientemente perfeccionados y, por ello más y más letales para la esencia concreta humana y la condición obrera.
       
Las reivindicaciones salariales ajenas del contexto de una estrategia revolucionaria son, por tanto, una forma como otra cualquiera de competencia capitalista, similar a las que libran los empresarios entre sí. No tienen nada de anticapitalista sin comillas, pues a través de ellas el capitalismo se perfecciona paso a paso. En ellas no está “la revolución social” sino la más ramplona y grosera reacción.
       
Hemos dicho “estrategia revolucionaria” y, ¿cuál puede ser ésta? Pues precisamente poner fin al salariado para realizar el trabajo libre, terminar con la auto-venta de la mano de obra, hacer que la libertad civil impere en la unidad productiva, derrocar la tiranía horrorosa del empleador, del empresario y sus sayones, en el centro de trabajo, fábrica u oficina, para convertirlo en un espacio de concordia y hermandad, al no haber más que trabajadoras y trabajadores libremente asociados, una vez expropiados los explotadores.
       
La meta no son los altos salarios, no es el consumo, no es venderse por más dinero. Es vivir con libertad, dominando la totalidad de las condiciones de la propia existencia, las del acto productivo, laboral, creados de las condiciones materiales de la existencia, en primer lugar.
       
El trabajo asalariado, sobre todo el que está mejor pagado, es un atentado a la esencia concreta humana, o dicho más llanamente: no se puede ser persona en todo el sentido grande y magnífico que tiene esa palabra si se padece el régimen salarial.
       
Éste, en el asalariado y en la asalariada, destruye la inteligencia, tritura el sentido moral, anula las facultades relacionales, devasta la sensibilidad, refuerza hasta límites pasmosos el egoísmo, aniquila el libre albedrio y arrasa el sentido de la propia dignidad. Convierte a la persona en un bruto, en una devastada criatura que obedece órdenes ilegítimas, que soporta humillaciones sin cuento, que ha de hacer delegación de todo lo que tiene de mejor en unos sujetos feroces y zafios, los jefes y jefecillos, que someten a la gente asalariada a sus demasías, chulerías, atrocidades, incompetencias, sadismos y vandalismos.
       
Hay pues que hacer la revolución social-integral poniendo fin al trabajo asalariado.
       
Pero, ¿quién preconiza hoy el fin del trabajo asalariado, la liberación de esa maldición, de ese horror, de esa pesadilla? Pues casi nadie. Nuestra patética “radicalidad”, socialdemócrata a la manera de Chomsky, está perpetuamente concentrada en “luchas” por más dinero, ahora contra los recortes, ayer por mayores salarios, nunca por liquidar de una vez y para siempre el trabajo a cambio de un salario.
       
El libro que mejor, quizá, denuncia la perfidia ilimitada del régimen salarial es “Trabajo y capital monopolista. La degradación del trabajo en el siglo XX”, de Harry Braverman. Demuestra con testimonios tan dramáticos como irrefutables que el capitalismo es incompatible con lo humano, en particular el capitalismo que se sirve de la tecnología a gran escala y que organiza “científicamente” la producción. De tales “maravillas” salen seres subhumanos, desventuradas criaturas que en el acto productivo, impuesto y forzado, pierden lo que tienen de más magnifico, su condición de seres humanos.
       
Braverman nos viene a decir que no hay sociedad humana, ni sociedad ética, ni sociedad a secas sin liquidar el régimen salarial, y que éste es tanto más atroz e intolerable cuanto más altos salarios paga…
       
Sin poner fin al salariado es imposible regenera la sociedad y rehumanizar al individuo. El eticismo, o el culturalismo, y también el politicismo, de algunas autores yerran por cuanto hay un problema estructural previo y básico, la adquisición de la libertad civil en el acto de trabajar, la realización de la producción a través de los procedimientos de la autogestión, con el trabajo libre asociado.
       
Otro libro magnífico en la denuncia es “La condición obrera” de Simone Weil. Llega exactamente a las mismas condiciones que Braverman. Es escandaloso que mientras Simone explica que la producción fabril asalariada y maquinizada tiene como meta destruir al ser humano, el feminismo machista defienda que esa misma producción, que aquella mujer maravillosa y modélica presenta como el infierno realizado, sea excelente para “liberar” a las mujeres…
       
Ahí nos topamos de nuevo con lo que es el feminismo, un modo de destruir a las mujeres en beneficio de la clase capitalista, que está entusiasmada con esa apología del capital. Como dice una querida amiga, mientras los hombres sólo están obligados a sufrir y soportar el régimen salarial a las mujeres se las obliga (lo hace el feminismo) además a venerarlo y amarlo, devastándolas por partida doble… Ahora se entiende por qué aquél es promovido, hiper-financiado, por la gran empresa capitalista[1].
       
Tenemos que poner fin a la grosera mentalidad socialdemócrata que llama “anticapitalismo” a exigir más altos salarios, más dinero, más consumo, más deshumanización por tanto, para crear un gran movimiento de denuncia del salariado en sí y por sí, especialmente del que sufren y padecen las mujeres trabajadoras, para abrir camina a una lucha por una sociedad en que las personas sean lo que parecen, a saber, seres humanos.
       
Para ello tenemos que alcanzar un pacto por la revolución, cuyo fundamento ha de ser el acuerdo compartido de que seguiremos a delante hasta poner fin al capitalismo, al salariado, conquistando la libertad en el acto de trabajar, que es la precondición de una sociedad libre, de seres humanos, de mujeres plenamente realizadas, de hombres liberados de las lacras del nuevo régimen neo-servil, el salariado contemporáneo.


lunes, 29 de septiembre de 2014

El Infierno de Pagar Impuestos en España

Hace unos Años con la peseta,el que ganaba doscientas cincuenta mil pesetas,podias pagar la hipoteca,la letra del coche y vivir dignamente con su familia,hoy con su equivalente mil quinientos euros,si pagas  la hipoteca,letra del coche,ya no puedes vivir dignamente,porque te frien a impuestos de todos los colores,la basura,el impuesto de circulacion,Ibi..,et.etc...Amen del agua,la carisima luz,y un sin fin mas de idioteces establecidas para ir empobreciendo poco a poco a la poblacion,Otro triunfo mas de los Usureros cuya obsesion es quedarse con la riqueza de todos,porque hay que recordar que el sistema favorito de Gobierno de los Usureros Anticristo es el comunismo,donde el estado lo posee todo y la gente es esclavo a su servicio,y para que nonmbrar siquiera a sus criados los politicos,Lo Peor de cada Casa...-JR----------------

Hoy se han conocido los patrimonios de los miembros del Gobierno y altos cargos de las instituciones. El más destacado de la lista es Alfonso Sanz, jefe de la Secretaría del rey Juan Carlos. En total, cuenta con un patrimonio de 19,4 millones, algo más de un millón proveniente de bienes inmuebles (según su valor catastral) y el resto de otros bienes (cuentas corrientes, inversiones…). Con esta cifra, supera a Pedro Argüelles, Secretario de Estado de Defensa (algo más de 18 millones en las declaraciones de 2012).
El nuevo jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín, tiene un patrimonio de 1,6 millones de euros (la mitad de ellos en bienes inmuebles). Es la misma cifra está el eurodiputado Miguel Arias Cañete.
Isabel García Tejerina, que llegó al Gobierno tras la salida de Miguel Arias Cañete para encabezar la candidatura del PP en las elecciones europeas acumula un patrimonio de 2,77 millones de euros.
Cañete dejó su puesto declarando un patrimonio de 1,65 millones de euros, una cifra algo menor de los 1,73 millones que figuran en la primera declaración de bienes del Gobierno de Mariano Rajoy, publicada hace dos años.
El futuro comisario europeo ha declarado además créditos y deudas por importe de 42.153 euros, casi el triple de los 15.000 que declaró en 2012.
Entre sus activos, 801.594 euros corresponden a bienes inmuebles, según valor catastral, y 833.350 a otros bienes. Hace dos años, el valor catastral de sus bienes inmuebles ascendía a 1,1 millones de euros y el de otros bienes a 637.345 euros.
Cañete era el ministro del Gobierno con mayor patrimonio, y en ese puesto le ha sucedido precisamente su ‘heredera’ política.
Tejerina declara un patrimonio cercano a los 2,78 millones de euros, de los que la totalidad figura como “otros bienes”. También declara un pasivo de 427.785 euros.
EL PATRIMONIO DEL GOBIERNO                 
En septiembre de 2012 se publicó en el BOE el patrimonio del Gobierno. Mariano Rajoy declaró poseer bienes por un valor superior a 1,2 millones de euros.
En ese listado Cañete aparecía como el miembro del gabinete con más patrimonio, aunque le superaban otros cargos de rango inferior como el secretario de Estado de Defensa y expresidente de Boeing España, Pedro Argüelles, con bienes por valor de 18,1 millones, mientras que la responsable de Educación, Formación Profesional y Universidades, Montserrat Gomendio, declaró más de 14,5 millones.
El patrimonio más bajo, según aquella declaración, correspondía a la ministra de Fomento, Ana Pastor, con bienes por valor de 185.731 euros y deudas que superan los 83.000.
Tras Rajoy y Cañete, aparecía el titular de Industria, José Manuel Soria, con bienes que también superaban los 1,2 millones de euros.
GUINDOS, MORENÉS, BÁÑEZ...
Le siguen el ministro de Economía, Luis de Guindos, con 1,1 millones; el titular de Defensa, Pedro Morenés, que supera ligeramente el millón de euros, y la de Empleo, Fátima Báñez, que también había consignado más de un millón de euros, aunque declaraba que debe 149.000.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, rozaba esa cantidad (948.504), pero debe más de 64.000 euros, y el siguiente en la lista es el de Educación, José Ignacio Wert, que es el único que no posee vivienda en propiedad y declara un patrimonio de 851.522 euros.
Tras él se sitúan los responsables de Hacienda, Cristóbal Montoro (735.015 euros y una deuda de poco más de 11.000), y Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que dimitió este martes y que sumaba 453.219 euros cuando le nombraron.
El titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, declara 442.085 euros y créditos por valor de 74.070, y la de Sanidad, Ana Mato, consigna 392.086 euros y una deuda de 183.264. Por detrás, aparece la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha declarado un patrimonio de 310.082 euros, aunque debe 405.185.
Pero si hay un cargo que se repite entre los altos cargos de patrimonio millonario es el de embajador. Los cesados que ejercían en Argelia, Ghana, Túnez, Mauritania y Suiza superan el millón en su declaración patrimonial. Los nombrados para representar a España en Egipto, Ghana, Níger, Dinamarca, Mauritania, Indonesia y Nueva Zelanda, también. El ex embajador en Libia, por su parte millones; y el de Francia, superó los siete, los dos millones y medio.
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viernes, 26 de septiembre de 2014

La Crisis Empeorara Cada dia mas,Hasta que los Usureros logren establecer el Gobierno Mundial Anticristo


Hacia el abismo: deflación y endeudamiento

Por Roberto Centeno.- Las últimas cifras conocidas de deflación, deuda, crédito a la economía real y morosidad definen un camino inequívoco hacia el abismo. El IPC de agosto cayó un 0,5% en tasa interanual, algo que no es coyuntural, como decían el Gobierno y sus secuaces en febrero, sino que es el agravamiento de una tendencia de caída de precios. Un Gobierno de ineptos que se muestra muy ufano de la deflación salarial que han inducido por lo que supone de reducción de costes y mejora de la competitividad, pero tan ignorante que ni se da cuenta de que el descenso de salarios para conseguir una reducción de costes también disminuye el ingreso agregado de la clase trabajadora, y, en consecuencia, produce un descenso de la demanda y del precio de los bienes y servicios, lo que al final lleva a una caída del producto marginal del trabajo con desempleo.

Estos analfabetos funcionales desconocen que la forma más efectiva de elevar la demanda agregada y, en consecuencia, la inversión que depende de las expectativas es la redistribución de los ingresos de forma que se eleve la propensión al consumo. ¿Y qué han hecho estos insensatos que nos gobiernan? Justo lo contrario: elevar la fiscalidad de la clase media y trabajadora y disminuir la de los ricos. España tiene hoy la fiscalidad más alta de la OCDE sobre la familia media y la distribución más injusta de la renta y la riqueza de toda la UE.

Y esto nos lleva al peor de los escenarios posibles. Aunque exista crédito disponible, la falta de expectativas provocada por su disparatada política hace que no exista demanda para el mismo. Arthur Laffer acaba de demostrar en un reciente libro (La riqueza de los estados) cómo los mayores impuestos sobre la renta reducen el crecimiento en un 25% y además no incrementan los ingresos fiscales. Toda la política del BCE, que riega de dinero al sistema financiero para que lo preste a la economía productiva, puede ser un fracaso. En la primera subasta, apenas se ha demandado la mitad del dinero previsto (82.000 millones frente a 150.000). Familias y empresas no van a endeudarse porque las incertidumbres son demasiado grandes. La mayor parte acabará dedicándose a la especulación porque el BCE no tiene mecanismo alguno para impedirlo.

Por otro lado, el saneamiento de la banca dista mucho de haberse terminado a pesar de los más de 300.000 millones que nos lleva costando a los contribuyentes. La morosidad oficial asciende ya al 13,5%, que es más o menos la mitad de la morosidad real que, en cifras absolutas, supera los 330.000 millones de euros. Y luego el endeudamiento. No solo es que Rajoy haya batido todos los récords conocidos endeudándose a una velocidad doble que la del indigente mental, es que este mentiroso compulsivo del que no se conoce ni una sola verdad ni una buena obra afirmaba muy serio antes de las elecciones que “es un disparate gastar más de lo que se ingresa”. Desde entonces, y pese a los recortes sociales (un 13% desde 2011) y a las brutales subidas de impuestos, nunca en la historia económica de España la deuda pública había aumentado tanto en tan poco tiempo.

PIB nominal, PIB real y deflactor del PIB

Para entender bien cómo la deflación está afectando a nuestra economía, es necesario comprender las diferencias entre PIB nominal y PIB real primero, y su cociente, que se denomina deflactor del PIB. El PIB es la suma del valor final de la totalidad de bienes y servicios producidos en el interior de las fronteras geográficas de un país a lo largo de un periodo dado. Se denomina nominal cuando ese valor final está calculado a precios de mercado y real cuando está calculado a precios constantes referidos a un año base.

El deflactor del PIB es un índice que mide las variaciones de precios de todos los bienes y servicios producidos en una economía. La diferencia con el IPC es que este solo incluye una muestra representativa de los bienes y servicios consumidos por una familia media. Como la Contabilidad Nacional mide el PIB a precios corrientes y a precios constantes, el cálculo del deflactor es inmediato: basta dividir el PIB nominal por el PIB real. ¿Y qué tiene que ver esto con lo que está pasando hoy en nuestra economía? Pues todo, porque en una situación de deflación como la nuestra hoy el PIB real no es una magnitud representativa de la realidad, en el supuesto de que la valoración de sus componentes fuera correcta, lo que no es el caso ni de lejos en España desde 2008. Es el PIB nominal. Por tanto, el afirmar que el PIB real ha crecido tanto o cuanto no significa absolutamente nada.

¿Y qué tenemos entonces? Que la economía española no está creciendo, sino cayendo. Veamos las cifras: en el primer trimestre de este año, el PIB real creció según las cifras manipuladas dadas por el Gobierno un 0,5% en tasa interanual, pero como el deflactor del PIB fue del -0,6% del PIB nominal –es decir, la suma de los valores finales de todos los bienes y servicios producidos en España en ese primer trimestre medidos a precios de mercado– en realidad cayó un -0,1 % en tasa interanual. No creció ni el 0,5% ni nada. En el segundo trimestre el PIB real oficial habría crecido un 0,6 % y el deflactor un -0,2 %, o sea, un crecimiento del PIB nominal del 0,3 % para el primer semestre, ¡la cuarta parte de la cifra oficial!

Y lo más importante, ¿qué está pasando en el tercer trimestre? Pues que con un IPC del -0,4 % en julio y del -0,5% en agosto, el deflactor puede haberse ido al -1%, y en consecuencia el tan cacareado crecimiento se ha ido al garete, total y absolutamente. A medida que se conocen más datos del tercer trimestre, la situación está empeorando, el consumo y la inversión se están desinflando, el índice de producción industrial de julio cayó un 3% con una clara tendencia al descenso –igual que ocurre en el sector servicios, donde las pernoctaciones en hoteles caen con fuerza y las afiliaciones a la Seguridad Social se desaceleran–. No hemos entrado en la senda de la recuperación como afirma falsamente el Banco de España, sino todo lo contrario. Igual que cuando crean dos puestos de trabajo de 10 horas semanales mientras se destruye uno de 40, afirman que se está creando empleo cuando la realidad es justamente la contraria: siguen destruyéndose decenas de miles de horas de trabajo.

El efecto de la deflación sobre la deuda

La combinación de deuda y deflación fue, como demostraron Ben Bernanke, el expresidente de la Reserva Federal, y sus colaboradores del Departamento de Economía de la Universidad de Princeton, la causa esencial de la Gran Depresión. Evidenciaron cómo esta combinación letal fue la que convirtió una recesión no demasiado severa en una gran depresión. Cuando en un país fuertemente endeudado –la deuda total de España, pública y privada, supera ya el 450% del PIB, una cifra realmente monstruosa– se produce una deflación, se hace mucho más difícil tanto para las empresas, las familias como para la banca y el Gobierno el pago de la deuda, porque el país se empobrece y porque los tipos de interés efectivos se elevan.

El que el país se empobrece ya lo he explicado. El PIB nominal, que es lo que mide el valor de los bienes y servicios a precios de mercado, cae, y el PIB real, que es el que manejan el Gobierno y sus secuaces, no significa absolutamente nada, ya que el valor de los bienes y servicios se contabiliza con unos niveles de precios ficticios. Y que los tipos de interés suben también puede verse fácilmente. Si una familia está pagando por una hipoteca un 2% de interés y la inflación es del 3%, el tipo de interés real es negativo (-1%). Pero si la inflación es del -0,5%, el tipo de interés real que está pagando es del 2,5%. Es decir, un aumento de los desequilibrios: por un lado, es más difícil devolver la deuda porque somos más pobres, y, por el otro, los tipos de interés reales se incrementan significativamente.  

Pero es que además nuestra deuda no para de crecer. Seguimos gastando por encima de nuestras posibilidades. Midiendo la deuda total, es decir, lo que de verdad se debe o pasivos en circulación, esta ha aumentado desde finales de 2011 hasta el primer trimestre de 2014 en 465.835 millones, que compara con los 253.171 millones la deuda PDE (según protocolo de déficit excesivo) una convención contable de los burócratas de Bruselas. La deuda total de las AA.PP. asciende ya a más de 1,4 billones de euros, una cifra que arruina definitivamente el futuro de varias generaciones de españoles. Curiosamente, la relación entre deuda total y deuda PDE era en 2011 de 1,29, mientras que con Rajoy la relación entre incremento deuda total e incremento deuda PDE es de 1,84. ¿Y qué quiere decir esto? Pues muy sencillo: que están ocultando deuda PDE por más de 100.000 millones de euros. ¡Y Eurostat sin molestarse en investigar!

Pero es que este año la situación no solo sigue igual. Sigue peor. El endeudamiento alcanza ya los 65.000 millones de euros, 5.000 millones más que el año pasado, y el endeudamiento autonómico, que gracias a la irresponsabilidad de Rajoy y Montoro ha crecido al 15,7% interanual hasta los 228.234 millones, empezando, cómo no, por Cataluña, que lleva recibidos ya de Rajoy 37.000 millones de euros adicionales, un auténtico escándalo, mientras reducen gasto social, infraestructuras, becas comedor y de las generales. ¿Por qué se han tenido que endeudar en 5.000 millones más? Realmente es que no hay por dónde cogerlos.

Y por si todo esto fuera poco, una vez pinchado el bluff de la mejora del sector exterior, la deuda externa sufre la mayor subida desde que se inició la crisis al situarse en 1,64 billones, cuyas responsables principales han sido las AA.PP., pues su endeudamiento supera ya al del sector bancario. Es decir, la economía improductiva, el despilfarro, el nepotismo y la corrupción institucional y personal son la causa no ya de nuestra ruina, sino de la ruina de varias generaciones de españoles. Del cambio de una estructura social con una potente clase media heredada del general Franco a una tercermundista donde la clase media está desapareciendo, con el grueso de la población viviendo con dificultades de llegar a fin de mes, con un 5% de ricos cada vez más ricos porque imponen sus condiciones a la oligarquía política, y dos millones de enchufados púbicos con salarios que doblan la media del sector privado.

Pero lo peor de todo es que no solo han destruido la mejor estructura social que jamás había tenido este país, y que costó sangre, sudor y lágrimas el construir; es que han robado el futuro de las próximas generaciones. A día de hoy más de un 50% de los jóvenes no encuentra trabajo, pero la mayoría de la gente piensa erróneamente que es una situación temporal. Se equivoca totalmente: más de la mitad de la juventud no encontrará trabajo o solo firmará contratos basura en toda su vida. No es coyuntural, es estructural. La casta política ha destruido las expectativas para varias generaciones. Me decía el director de una gran escuela de ingenieros de Madrid que, de los alumnos que hoy terminan los estudios de Ingeniería y Arquitectura en España, la mitad no se coloca, algo que jamás había ocurrido en el pasado. Y la otra mitad lo hace con sueldos de miseria.

Esto no se arreglará, solo irá a peor. Por ello tengan una cosa muy clara: o somos capaces de destruir los partidos de la Transición, su modelo de Estado y su sistema oligárquico, o ellos nos destruirán a nosotros, a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos. Y ni siquiera somos capaces de reaccionar para defender a nuestros hijos, cuyo porvenir les está siendo arrebatado por unos canallas a quienes no les tiembla el pulso para reducir el dinero de las becas pero no eliminan ni uno solo de los miles de coches oficiales –¿en qué país del planeta un ayuntamiento como el de Madrid tiene 280 coches oficiales asignados, todos los concejales con chófer y dos asesores y cualquier mindundi con mando?– ni los inmensos privilegios de una clase ociosa que está vampirizando a este desgraciado país. Creo que nuestros hijos nos juzgarán muy duramente por nuestra inacción y nuestra cobardía.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Volver al Campo,al Concejo abierto y al Comunal en la España destrozada de Hoy,Cuando sabemos que la democracia es una Artimaña Planeada para quitarle el Poder de Decidir al Pueblo..



En Una España destrozada por el paro, el hambre, los desahucios, donde los jóvenes no tienen ningún futuro, volver a una vida rural donde se vuelva a poner en marcha el concejo abierto y el comunal, no parecen ninguna tontería, puesto que todavía existen en España más de seis millones de hectáreas de comunal   con las que el estado no ha hecho negocio todavía...Estos millones de hectáreas del Pueblo, podrían dar de comer a los ocho millones de parados reales que tiene España, y sería una vía de escape para quitarnos de encima está podrida democracia que no es más que una engañifa al pueblo destinada  anular el poder de decidir de las personas como sucedía antes en España…La Democracia ha fracasado como forma de gobierno por que anula la participación del Pueblo en las decisiones importantes de su propio destino..y el parlamento democrático queda como una mera marioneta en manos del poder económico que se esconde detrás de todos los gobiernos y Estados que nos venden  democráticos, republicanos o como quiera llamárseles…J.R.